¿Qué pasa cuando un diente de leche no se cae?

Aunque la mayoría de los niños empiezan a perder sus dientes temporales alrededor de los seis años y completan el recambio hacia los doce o trece años, no todos siguen este calendario al pie de la letra. Cuando un diente de leche permanece en la boca más allá de su tiempo estimado, suele haber una causa detrás. Entre las más frecuentes:

Causas más comunes

  1. Agenesia dental
    Es una de las causas más habituales. Se trata de la ausencia congénita del diente permanente que debería reemplazar al temporal. Si no existe un sucesor, el diente de leche simplemente se queda en su lugar.
  2. Diente permanente en mala posición
    A veces el diente definitivo se desarrolla o erupciona en una posición anómala, sin empujar correctamente al de leche. Esto puede hacer que ambos convivan, generando apiñamiento y desequilibrios.
  3. Fusión ósea (anquilosis)
    El diente temporal se adhiere al hueso subyacente, impidiendo que se caiga de forma natural. Esto puede alterar la erupción de los dientes vecinos.
  4. Traumatismos o infecciones anteriores
    Un golpe fuerte o una infección en un diente de leche puede alterar el desarrollo del permanente, dificultando su salida o desviando su trayectoria.

¿Qué consecuencias puede tener que un diente de leche no se caiga?

Aunque pueda parecer algo menor, mantener un diente temporal más allá de lo esperado puede tener múltiples efectos negativos en la salud bucodental del niño:

Alteraciones en la erupción

El diente permanente puede no tener espacio suficiente para emerger, provocando que salga desalineado, en una posición ectópica o incluso que quede retenido dentro del hueso.

Maloclusiones

La presencia de dientes de leche fuera de tiempo puede modificar la mordida y provocar problemas funcionales que requerirán ortodoncia más compleja.

Apiñamiento dental

La convivencia forzada entre dientes temporales y definitivos puede generar falta de espacio en la arcada, torciendo la alineación general de la dentición.

Problemas estéticos

Cuando un diente permanente queda retenido o sale por donde no debe, las alteraciones visuales pueden ser notorias, afectando la autoestima del niño en una etapa delicada.


¿Cómo saber si hay que intervenir?

Muchos padres se preguntan si deben preocuparse si a su hijo “le cuesta” cambiar los dientes. La respuesta depende del caso. Hay señales que pueden ayudarte a saber cuándo es momento de acudir a una clínica especializada:

  • Tu hijo ya tiene más de 12 años y conserva dientes temporales.
  • El diente definitivo ya ha salido, pero el de leche sigue en su sitio.
  • Notas apiñamiento en la zona o doble fila de dientes.
  • Existe dolor, movilidad irregular o inflamación.

En estos casos, una radiografía panorámica será la clave para entender qué está pasando bajo la encía.


Tratamientos disponibles según el diagnóstico

Una vez identificado el problema, el odontólogo valorará el tratamiento más adecuado. Cada caso es diferente, y las opciones pueden incluir desde la simple extracción del diente retenido hasta tratamientos más complejos.

Extracción del diente temporal

Si el diente permanente está presente y correctamente posicionado, lo más habitual será retirar el temporal para que la erupción se produzca con normalidad.

Ortodoncia interceptiva

Cuando hay riesgo de apiñamiento o alteraciones en la mordida, se puede indicar una ortodoncia temprana para guiar correctamente el crecimiento maxilar y dental.

Mantenedores de espacio

En caso de extracción de un diente temporal sin sucesor inmediato, se puede colocar un aparato que conserve el espacio hasta que se decida cómo sustituirlo.

Cirugía oral

Cuando hay anquilosis o retención ósea del diente permanente, puede ser necesario un procedimiento quirúrgico para liberar el diente atrapado.

Sustitución protésica o implante

Si no existe diente definitivo y el temporal no es funcional o estético, puede considerarse su sustitución por una corona o, en edad adulta, un implante dental.


¿Se puede prevenir este problema?

Aunque la mayoría de casos no pueden prevenirse como tal, sí es posible minimizar las consecuencias con una atención temprana. Aquí van algunos consejos prácticos para padres:

  • Acudir al odontopediatra a partir de los 5 años
    Las revisiones periódicas permiten detectar agenesias o problemas de erupción antes de que generen maloclusiones.
  • No ignorar la doble dentición
    Si ves que hay dos dientes juntos durante más de unas semanas, consulta con el dentista.
  • Revisar cada caída dental
    Si un diente se cae pero no ves aparecer el nuevo en un par de meses, es momento de hacer una radiografía.
  • Observar el ritmo individual
    Cada niño tiene su propio “calendario dental”, pero es importante no confiarse si los dientes de leche persisten más de lo debido.

La importancia de un diagnóstico personalizado

En zonas como Patraix, Valencia, muchas familias optan por esperar “a que se caiga solo”. Sin embargo, en nuestra experiencia clínica, un diente de leche que no se cae puede estar bloqueando el desarrollo normal de toda la dentición. Lo más recomendable es acudir a una clínica que cuente con diagnóstico por imagen, ortodoncistas infantiles y enfoque integral del crecimiento.

Recordemos que en la infancia se establecen las bases de la salud oral de toda la vida. Detectar a tiempo estos problemas permite soluciones más simples, menos invasivas y mucho más efectivas.

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